Este mes de agosto se ha registrado un récord histórico en el interés por los huertos urbanos en España. Cada vez más personas buscan alternativas sostenibles para producir sus propios alimentos, y las terrazas, balcones y patios se han convertido en espacios verdes llenos de vida.
Un verano de autoconsumo
El calor de agosto no ha frenado la tendencia: miles de familias han decidido plantar tomates, lechugas y pimientos en macetas, creando pequeños ecosistemas en sus hogares. Este fenómeno no solo tiene un impacto positivo en el medio ambiente, sino también en la economía doméstica, reduciendo el gasto en productos frescos.
Además, expertos en jardinería coinciden en que cultivar un huerto casero mejora la salud mental y el bienestar emocional, convirtiéndose en una terapia natural contra el estrés.